Una travesía hacia la fuente de la poesía: Heidegger, Hölderlin y la serenidad.
“La palabra fiesta tiene en Hölderlin un sentido elevado a la vez que simple. La fiesta nupcial es el encuentro de esos hombres y esos dioses que da lugar al nacimiento de los que se encuentran en medio camino entre los hombres y los dioses y soportan
Serenidad ante el desamparo de la existencia – Último curso del año
«Somos plantas -nos guste o no admitirlo -que deben crecer con raíces desde la tierra para poder florecer en el éter y dar fruto.»
Johann Peter Hebel
Llega el último curso de este año pandémico. Para cerrarlo con filosofía, poesía y serenidad, y así prepararnos a que lo venidero sea mejor.
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Preguntas Frecuentes
¿Quién hubiera sospechado que este año nos haríamos las preguntas que nos hicimos? ¿Quién hubiera sospechado que atravesaríamos
“…lo que finalmente nos resguarda es nuestra desprotección…”
El peligro de la hambruna, por ejemplo, y de los años de escasez, visto desde la totalidad y lo propio del destino occidental, no consiste de ninguna manera en que quizá muchos hombres perezcan, sino en que aquellos que sobrevivan sólo vivan aún para comer a fin de vivir
M. Heidegger, “La pobreza”
Este lunes empieza el curso “Heidegger: ¿Para qué poetas en tiempos de penuria?“
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Preguntas Frecuentes
Vivimos
“…¿y para qué poetas en tiempos de pobreza?”
Cuatro clases sobre Heidegger y la poesía de Hölderlin.
¿Para qué poetas en tiempos de penuria? ¿Para qué poetas cuando los virus se expanden y el planeta Tierra se incendia?
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Preguntas Frecuentes
Este muchacho, de tan sólo 22 años, es Friedrich Hölderlin, uno de los más grandes poetas de la historia de la humanidad. De él, como de Nietzsche, siempre se podrá decir que al final se volvió loco. Y de los locos -al menos de algunos- se puede decir que a veces son un poco poetas.
Estuvo
Heidegger y la experiencia del poema
La tela de Van Gogh no nos permite ni siquiera afirmar cuál es el lugar en el que se encuentran los zapatos. En torno a las botas de labranza no se observa nada que pueda indicarnos el lugar al que pertenecen o su destino, sino un mero espacio indefinido. Ni siquiera aparece pegado a las botas algún
Martin Heidegger: el pensar y la poesía
Los mortales son los hombres. Se llaman mortales porque pueden morir. Morir significa ser capaz de la muerte como muerte. Sólo el hombre muere, y además de un modo permanente, mientras está en la tierra, bajo el cielo, ante los divinos.
M. Heidegger, “Construir, habitar, pensar”, en: Conferencias y artículos, trad. E. Barjau, Barcelona: Serbal, 2001, p. 111.
Cuando cae la nieve en la ventana,
Largamente la campana
“…la llama ardiente del espíritu…”
Grodek
(1914)
[último poema de Georg Trakl]
Hacia la noche, los bosques otoñales resuenan
con armas mortales.
Sobre las doradas llanuras, los azules lagos
el más obscuro sol, gira.
La noche envuelve guerreros moribundos y
al salvaje lamento de sus fragmentadas bocas.
Quieta
El fuego de todos los fuegos
“Que vengan los bomberos
esto es un incendio”
Daniela Romo
¿Qué tuvo que haber pasado para que la realidad ya no nos queme? Eso que arde en la presencia de todas las cosas por el mero hecho de que existan, lo que las hace verdaderas. Lo que está vivo quema y todo, todo