[…] el que le había dado el veneno lo examinaba tomándole de rato en rato los pies y las piernas, y luego, apretándole con fuerza el pie, le preguntó si lo sentía, y él dijo que no. Y después de esto hizo lo mismo con sus pantorrillas, y ascendiendo de este modo nos dijo que se iba quedando frío y rígido. Mientras lo tanteaba nos dijo que, cuando eso le llegara a su corazón, entonces se extinguiría.
Ya estaba casi fría la zona del vientre cuando descubriéndose, pues se había tapado, nos dijo, y fue lo último que habló:
-Critón, le debemos un gallo a Asclepio. Así que págaselo y no lo descuides.
-Así se hará -dijo Critón-. Mira si quieres algo más.
Pero a esta pregunta ya no respondió, […].Platón, Fedón, 118a-c
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Así muere, en el recuerdo de Platón, Sócrates: “[…] nuestro amigo, el mejor hombre, podemos decir nosotros, de los que entonces conocimos, y, en modo muy destacado, el más inteligente y justo“. Y sobre esta muerte se erige, como una lápida gigantesca, la historia de la filosofía.
Mucho se ha hablado del “amor platónico”, pero poco del “duelo imposible“ que le corresponde. Porque este amor platónico va más allá de la muerte y transcurre en el recuerdo del amigo, en la memoria de su palabra, de su nombre propio y de su persona, de su sabiduría. Ese duelo imposible, el intento de recordar lo inmemorial es la filosofía. El fantasma de Sócrates, que merodea toda la historia de la filosofía, nace acá: en Platón.
Lisis y Fedón
La amistad, la muerte, el amor y el saber. La teoría de las ideas y la inmortalidad del alma. La despedida.
Una oportunidad para introducirte en la historia de la filosofía
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