La primera clase del curso sobre Testo Yonqui: sexo, drogas y biopolítica tratamos de situar lo que denominamos el “lugar de enunciación” del texto. Se trata, por una parte, de un escrito autobiográfico, o más específicamente, de un diario personal de experimentación con testosterona. Un diario personal que, como todo escrito autobiográfico, implica una doble alter-ación.
En primer lugar, escribir de uno mismo no es sino escribir sobre otro y en ese sentido alterarse. Pero en segundo lugar, escribir sobre nosotros mismos es necesariamente escribir sobre los demás que nos atraviesan constitutivamente. Así pues, como sostiene Derrida, una auto-biografía es siempre y necesariamente una auto-hétero-biografía: una biografía de sí en tanto que otro.
Pero si Testo Yonqui es por una parte un escrito auto-hétero-biográfico, por otra parte, y simultáneamente, es un texto de filosofía. Y eso porque, a decir verdad, todo texto de filosofía es en sí mismo auto-hétero-biográfico. Las Meditaciones Metafísicas de Descartes, por poner un ejemplo, son una biografía de Descartes, más específicamente una biografía del pensamiento de Descartes, esto es, de cómo Descartes pensó el mundo y el ser. Una biografía, en suma, de lo más propio de Descartes (autos) o, lo que es lo mismo, de lo más otro de él (hétero).
Así pues, en filosofía nos la pasamos leyendo autobiografías de pensadores, aunque por lo general se trate de pensadores que ya han muerto. Leeemos, pues, auto-hétero-tánato-biografías; autobiografías de pensadores muertos, pero cuyo pensamiento, sin embargo, aún sigue actuando, aún sigue vivo. Con Paul Preciado, en cambio, sucede una peculiaridad: Paul B. Preciado está vivo y es en esa vida aún viviente que se inserta Testo Yonqui. Eso es lo que nosotros llamamos “la performatividad” del texto: no se trata de un mero escrito “descriptivo”, sino que en tanto que autobiografía Testo Yonqui forma parte, constituye y reconfigura eso mismo que se propone relatar, a saber: la vida de Paul B. Preciado. En este sentido, a la afirmación de Heidegger de que “[…] el nombre del pensador figura como título para el asunto de su pensar”, Preciado agrega que ha pagado con su cuerpo el nombre que lleva.
No pedí testosterona a las instituciones médicas como terapia hormonal para curar una supuesta “disforia de género”. Quise funcionar con la testosterona, producir la intensidad de mi deseo en conexión con ella, multiplicar mis rostros metamorfoseando mi subjetividad, fabricar un cuerpo como se fabrica una máquina revolucionaria. Deshice la máscara de la feminidad que la sociedad había dibujado sobre mi cara hasta que mis documentos de identidad se volvieron ridículos, obsoletos. Y después, sin escapatoria, acepté identificarme como transexual y “enfermo mental” para que el sistema médico-legal pudiera reconocerme como cuerpo vivo humano. He pagado con mi cuerpo el nombre que llevo.
Paul B. Preciado, Un apartamento en Urano, pp. 26-27.
Paul Preciado piensa la vida y, pensándola y escribiéndola -escribiéndola con tinta sobre la hoja y con gel de testosterona sobre su cuerpo- la performativiza y transforma.
Este libro no es una autoficción. Se trata de un protocolo de intoxicación voluntaria a base de testosterona sintética que concierte el cuerpo y los afectos de B.P. Es un ensayo corporal
Paul B. Preciado, Testo Yonqui. Sexo, drogas y biopolítica, p. 15.
Nosotros sostuvimos entonces que Preciado no experimenta sólo con su cuerpo, sino que Testo Yonqui es un auténtico ensayo con su subjetividad. Lo que se transforma a lo largo del libro no es sólo su aspecto exterior, sino su pensamiento. En el texto tiene lugar una verdadera subjetivación a través de la testosterona, de manera análoga a como en Bajo el volcán de Malcolm Lowry tiene lugar una subjetivación a través del alcohol. Ambos, la testosterona y el alcohol, se meten a través del cuerpo y se filtran por los poros hasta llegar al pensamiento, produciéndolo y transformándolo. Lo afectado no es entonces sólo un mero objeto, cuyas transformaciones sean narradas “objetivamente”, sino que lo que se produce y transforma a lo largo de Testo Yonqui y de Bajo el volcán es el propio sujeto que describe esas transformaciones. Su pensamiento. Su auto-hétero-biografía. El pensamiento se vuelve entonces lo que Ernst Jünger denomina “construcción orgánica”, esto es, una figura que se va modificando a medida que la vamos conociendo.
Tengan en cuenta que el lunes 21 de octubre comienza el segundo módulo de este curso y que para inscribirse no es necesario haber cursado el primero.